martes, 24 de noviembre de 2009








"Todavía es parte de mi persona, la cruel prueba son algunos cuadritos. El paso de la tranquilidá (tinta china, hojas gruesas) al hambre, la pobreza y el sentimiento de que en las malas no la podés obligar a acompañarte o soportarte (lapicera azul, hojas ya usadas con agujeritos de carpeta).
No, tan joven no podés hacer que un juego, una hermosa fantasía que en sus ojos se hace real o alcanzable, no podés pedir que te siga en tu locura personal. Todo se mueve.
Nadie se arrepiente, o no deberían hacerlo. A veces es uno mismo el que tiene que ser un hijo de puta, y jode más que la inversa a la que estamos (estoy) acostumbrados.
La vida no es como Disney, en la vida hay gente mal, y gente mala también. En la vida no hay príncipes y princesas ingenuos. En la vida hay pijas, ortos, conchas, tetas y bocas con lenguas. Hay eyaculaciones precoces y otras que no llegan. Hay minas que se mojan mucho y otras que no. Hay miles de trabas y obstáculos. Hay, por último, culos con celulitis, pezones grandes, granos, pelos, olor, ganas de cagar, pedos de orto y de concha tambien.
Y con eso se hace el amor. El amor es sucio, pegajoso, adictivo, enfermo; y creo que por eso es taaaaaaAAAAAN genial.
Y hermoso.
-Creí que con esto le podía explicar a mi vieja el por qué de tantos culos y pijas-